Cualquier dicho que priorice la salud sobre la reputación está en lo correcto: aguantarse los gases es una mala idea.
En cuanto a los gases intestinales, persiste un gran tabú. No profundizaremos en las razones detrás de esto, ya que el tema podría llevarnos por un camino extenso y diferente al que queremos abordar hoy. Sin embargo, es importante señalar que, aunque pocos lo mencionen, las flatulencias son increíblemente comunes.
Es fundamental recordar que la presencia de aire en el tracto digestivo es completamente normal. Este se acumula al tragar y durante el proceso de digestión. Eventualmente, el cuerpo debe liberar lo que llamamos “flatulencia” cuando se ha acumulado suficiente gas para hacer evidente la necesidad.
Según la prestigiosa Universidad de Harvard, en promedio, una persona puede expulsar hasta 14 gases al día. Sin embargo, ciertos alimentos pueden aumentar esta cantidad debido a su lenta descomposición. Entre ellos se encuentran las alubias, algunas verduras como la col, las coles de Bruselas, el brócoli, la coliflor y los guisantes, así como el salvado de avena y las bebidas carbonatadas.
Además de los alimentos, hay otras causas que pueden incrementar la producción de gases. La Biblioteca Nacional de Medicina señala las siguientes razones:
Más allá del dolor que puede causar retener un gas, el principal daño de esta decisión afecta los síntomas digestivos, especialmente en personas con afecciones preexistentes. La distensión abdominal y el estreñimiento son consecuencias comunes de aguantar los gases.