Los paraguayos llenaron este martes sus ollas de «jopará», el guiso tradicional que no puede faltar en los hogares del país para ahuyentar al Karaí de octubre, el duende maléfico que visita el primer día del mes a las familias para castigar con miseria y pobreza a los que no cumplan con esta costumbre.
Cuenta la leyenda que este personaje mitológico recorría antiguamente los hogares del campo para comprobar si los trabajadores habían sembrado lo suficiente para superar la época de escasez propia del mes de octubre, castigando con maleficios a quienes no habían sido previsores.
Para garantizar el visto bueno del Karaí (señor, en idioma guaraní) de octubre, los paraguayos celebran desde entonces una gran comida popular, en la que el guiso de frijoles, alubias, blancas, verduras y queso se ha convertido en el gran protagonista.
Los comensales disfrutan de este plato tradicional que se puede acompañar con carne, pollo o cerdo, para pedirle al duende prosperidad económica durante el próximo año.
El resultado es el «jopará», que significa mezclar en lengua guaraní, oficial en Paraguay junto al español.
En el Comedor Municipal de Asunción, un total de 36 cocineras trabajaron desde las cuatro de la mañana en el Comedor Municipal del Mercado 4, el más popular de Asunción, para preparar el guiso que degustaron cerca de 600 personas en una de las jornadas de mayor afluencia del establecimiento.
«Para mí, es un día especial porque me acuerdo de mi madre, de mi padre, de mis abuelos, de mis amigos del campo», explicó a Efe Marisol Isfrán, una de las cocineras del comedor que no ha faltado a su cita con el «jopará» en los últimos 62 años de trabajo.
A sus 75 años, esta chef ha vivido prácticamente toda su vida entre fogones, donde ha perfeccionado su particular receta de este guiso, al que incorpora una pizca de cilantro para potenciar su sabor.
A Isfrán le inculcó la tradición su padre, que le enseñó de niña que cada primero de octubre debía ser una fiesta comunitaria, en la que se invita a comer a vecinos y personas necesitadas para que todo el mundo tenga un plato de comida.
«Mi papá decía que no hagan chica esa comida para poder invitarle al vecino o a un amigo porque ese día, el primero de octubre, siempre llega una persona extraña a tu casa, se dice que es el Karai de octubre, para mirar si hay algo de comer o no hay nada de comer», relató la cocinera.
Entre las decenas de comensales que pueblan el comedor, se encontraba Zully Copanski, una mujer que ha decidido por primera vez sumarse a la tradición del «jopará», motivada por la petición de una de sus amigas.
Tras apurar su plato, Copanski reconoció que estaba «riquísimo» y se mostró confiada en que la tradición sirva para solventar algunos de los problemas económicos que atraviesan las familias paraguayas.
«Ojalá sea cierto que esto ahuyente la miseria porque hacen falta muchas cosas en Paraguay ahora», lamentó.
Para ella, el temor de la venida de una crisis económica en el país sudamericano ha motivado que más personas se hayan sumado este año a la celebración, aunque reconoce que Paraguay «es un país tan rico y tan fuerte que siempre nos levantamos otra vez».
Además de en estos comedores municipales y en los hogares de todo el país, la tradición del «jopará» también se traslada este día a otros puntos de la capital paraguaya, donde los asuncenos se juntan en torno a grandes ollas de guiso.