Monitoreos realizados por guarda parques de la Dirección del Parque Nacional Galápagos determinaron que las 2.139 iguanas terrestres (Conolophus subcristatus) rei-ntroducidas en 2019 en la isla Santiago se adaptaron en sitios adecuados para su supervivencia.
Así lo aseguró este miércoles la Dirección del Parque en un comunicado, en el que apuntó que esa adaptación contribuyó con la restauración natural a través de su dinámica y rol ecológico.
La actividad realizada por la Dirección del Parque, con el apoyo de la Universidad Massey de Nueva Zelanda e Island Conservation, permitió el retorno de esta especie terrestre, que fue reportada viva por última vez en la isla Santiago en 1.835, durante la visita de Charles Darwin.
Personal técnico, realizó el monitoreo en los sitios Puerto Nuevo y Bucanero, donde se registraron datos de iguanas, madrigueras, excrementos, posibles zonas de anidación, iguanas juveniles y disponibilidad de alimento.
También fue reportada la dispersión de las iguanas en el sitio de visita Puerto Egas dónde, además de aportar la restauración ecológica, constituyen un atractivo para la actividad turística.
Por otra parte, en la isla Seymour Norte (desde donde se llevó las iguanas a Santiago) los guardaparques realizaron un censo en 13 transectos de 500 metros de longitud, que fueron monitoreados entre las 08.00 a 09.00 y las 13.00 a 14.00, para determinar la cantidad de reptiles, y tomar datos como el sexo y edad.
Los resultados revelan que en esta isla se estima una media poblacional de 4.571 individuos.
Las medidas de manejo implementadas en estas islas, especialmente relacionadas con el control y eliminación de especies introducidas como roedores en Seymour Norte (2019) y cerdos, burros y cabras en Santiago (2002 y 2006), han permitido que la población de iguanas terrestres en estos lugares se mantengan saludables.
Las islas Galápagos, catalogadas en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), están situadas a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas.