Traducir al japonés la obra maestra del mexicano Jorge Ibargüengoitia, «Maten al león», implicó muchos retos para Ryukichi Terao, fundamentalmente porque, sostiene, «el humor rara vez pasa las fronteras de las culturas».
Pero Terao, que ha traducido a Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez o José Donoso, emprendió la tarea con entusiasmo porque sintió que tenía una deuda con Ibargüengoitia y con una novela que leyó por primera vez en 1998.
«Ibargüengoitia no se había traducido al japonés, es una figura totalmente desconocida en Japón», dice en una entrevista con Efe el traductor y profesor de estudios interculturales de la Ferris University japonesa.
Al autor mexicano, muerto hace 35 años al estrellarse en Madrid el avión en el que viajaba, sólo lo conocen en Japón algunos expertos de literatura mexicana.
«A pesar de que es una figura importante, y que es muy conocido entre los investigadores, es muy poco estudiado», sostiene Terao.
«Maten al león», una novela escrita en 1969, es un retrato sarcástico de la dictadura de una isla caribeña imaginaria, Arepa, y los intentos frustrados de un grupo de opositores por asesinar al presidente, el mariscal Manuel Belaunzarán.
«Es un humor demasiado sarcástico, a veces te da pena reír. Es un autor que nos hace reír, pero con cara seria. Y, entonces, uno a veces titubea, si se permite reír o no se debe», sostiene el traductor japonés.
La novela fue recordada este martes en el Instituto Cervantes de Tokio con la proyección de una película de José Estrada, estrenada en 1977, que retrata con casi total fidelidad el relato de la obra de Ibargüengoitia, de por sí bastante cinematográfico.
El homenaje fue realizado el mismo día del 35 aniversario de la muerte del autor en un accidente aéreo que causó 181 muertos.
Terao emprendió la tarea de traducir «Maten al león» hace varios meses, a raíz del fallecimiento, en abril pasado, de la viuda del autor, la británica Joy Laville.
«Me sentí endeudado, porque es un escritor que me gustaba muchísimo y que me sigue gustando, y entonces se me ocurrió que sí, debería hacer algo por él y por su difunta esposa», recuerda.
Le llevó tres meses traducir la novela, pero con revisiones posteriores se puso a la venta a fines de octubre pasado, con muchos desafíos porque no es un autor muy conocido en el país.
Pero el reto principal fue trasladar a la cultura japonesa un relato tan particular de Latinoamérica, partiendo, como dice Terao, de que «el japonés y el español son totalmente distintos».
«El sentido de la sátira (de la obra de Ibargüengoitia) es muy mexicano, muy latinoamericano. En Japón también hay sátiras e ironías», pero «no se me ocurre ningún ejemplo comparable con el caso de Ibargüengoitia», agrega Terao.
Lo más complicado, recuerda, fue «traducir el humor, porque a veces el humor no es universal».
Y necesitaba «contexto» de la política latinoamericana, algo que resolvió «utilizando palabras familiares en la política japonesa». «Hay humores universales, pero hay otros que no lo son», insiste.
El traductor considera que el argumento de «Maten al león» está muy bien elaborado y lleno de detalles. «Ibargüengoitia se preocupa mucho por los detalles. Hay escenas que parecen triviales y que tienen mucho significado», añade.
Consultado sobre la acogida que ha tenido la traducción desde que salió a la venta, hace un mes, Terao pone como ejemplo su esposa: «La leyó, la entendió, y hasta se rio».
Aun así, Terao es consciente de que la obra de Ibargüengoitia «difícilmente va a ser un éxito en Japón», porque en este país «hay pocos lectores de literatura latinoamericana».
En Japón, sostiene, posiblemente es el chileno José Donoso el más leído. De él tradujo al japonés, entre otras novelas, «Casa de Campo».
«Es más conocido Vargas Llosa, pero aquí hay una hinchada de Donoso por el gran éxito de ‘El obsceno pájaro de la noche'», sostiene.
Terao anda ahora con la traducción al japonés de «El hombre que amaba a los perros», del cubano Leonardo Padura. No sabe si volverá a traducir alguna otra obra de Ibargüengoitia, aunque no lo descarta.
«La lista de espera es un poco larga», sostiene.