El lino o linaza, Linum usitatissimum, es una planta procedente de la familia de las lináceas. Su semilla se utiliza para extraer harina y aceite. Contiene un 40 por ciento de aceite, del cual el 55 por ciento es omega 3, según indica el Instituto Agrícola Thomas Jefferson.
La linaza es la fuente vegetal más concentrada de este ácido graso de la naturaleza. Además, su tallo se emplea para la confección de tejidos.
Flor Martínez García, técnico de farmacia en la Farmacia Mingorance en Marbella, enumera algunos de los elementos nutricionales de los que se compone esta semilla de lino:
Glúcidos: se encuentran en una cantidad importante. Contiene entre el 3-10 por ciento de mucílagos neutros y ácidos, una sustancia viscosa que contienen algunos vegetales.
Lípidos: la semilla del lino es muy rica en aceite (30-40 por ciento) y está constituida por triglicéridos ácidos linolénico (40-70%), linoleico (10-25 por ciento), oleico(13-30 por ciento) y otros ácidos grasos saturados, como el mirístico, palmítico y el esteárico(5-10 por ciento).
Proteínas: muy abundantes, en un 20-25 por ciento.
Sales minerales, entre un 3-4 por ciento.
Esteroides: aparecen esteroles como el colesterol, campesterol, estigmasterol o sitosterol.
Propiedades y beneficios
Son muchas las propiedades y ventajas para la salud que aporta el consumo de aceite de linaza. La experta señala algunas de las más destacadas:
Efecto laxante: debido a su composición en sustancias mucilaginosas y fibra alimentaria. “En contacto con el agua, los mucílagos forman un gel viscoso y voluminoso que incrementa el volumen de las heces, promoviendo el peristaltismo y las mantiene blandas como consecuencia de la retención del agua”, explica Martínez.
Emoliente dermatológico: gracias a su capacidad en la retención de agua, los mucílagos del lino pueden hidratar la piel y las mucosas.
Hipolipemiante: esta característica se debe a una disminución de la absorción intestinal controlada por los mucílagos y el efecto de los ácidos grasos insaturados.
Hipoglucemiante: los mucílagos pueden reducir la absorción intestinal de glúcidos al hincharse en el intestino, formando un gel viscoso.
Debido a estas propiedades, el aceite de linaza resulta ser muy beneficioso en la reducción del colesterol elevado, siempre y cuando se acompañe de una dieta sana y equilibrada, ya que no es efectivo por sí solo.
Su consumo ayuda a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, como un infarto o hipertensión arterial. Martínez apunta que también puede ayudar contra la sequedad en los ojos que provoca el síndrome de Sjögren y que ayuda a calmar el revestimiento interior de los intestinos inflamados, ayudando en el tratamiento de la enfermedad de Crohn y la colitis.
Además de todos estos beneficios mencionados, también sirve para: reducir el riesgo de cáncer, ayudar al crecimiento de un pelo sano y de las uñas, lograr una piel sana, reducir los síntomas de la menopausia y quemar grasa corporal. Así como para tratar la gastritis, la acidez gástrica y la inflamación intestinal.
Entre otras de sus funciones, destacan la eliminación de toxinas, su poder antibacteriano, favorece la dilatación de las arterias y actúa como emoliente o suavizante.
En definitiva, el aceite de semilla de linaza se puede emplear en el tratamiento de enfermedades en las que se produzcan inflamaciones, como la artritis reumatoide o el lupus, e incluso para hacer frente a algunos de los síntomas producidos por el síndrome premenstrual.
Junto con sus diversas propiedades medicinales también hay que incidir en sus beneficios para el cerebro, gracias a sus nutrientes que producen más neurotransmisores, proporcionando una dosis de energía para él. Esto ayuda a un mejor funcionamiento mental en los ancianos y en problemas de conducta como la esquizofrenia.
Usos
En base a estos beneficios y propiedades nutricionales, el aceite de semilla de linaza es muy útil para aliviar el estreñimiento, contra la gastronteritis y la diarrea, para tratar enfermedades reumáticas y patologías prostáticas.
En el ámbito de la cosmética, la aplicación de este aceite sobre la piel alivia los eccemas o problemas de piel seca previniendo la aparición de arrugas. Actúa como hidratante y ayuda en la cicatrización de las quemaduras.
Precauciones
A pesar de sus diversas ventajas para la salud y su papel en el tratamiento de las infecciones y enfermedades antes mencionadas, su consumo puede estar contraindicado en casos de hipersensibilidad al lino, disfagia o padecer tiroides.
Además deben tener especial cuidado las personas que sufren alguna alergia a las plantas y, sobre todo, no administrarlo si se están tomando medicamentos sin la aprobación del médico o farmacéutico. Tampoco se debe ingerir aceite de linaza industrial que contiene principios tóxicos.
Martínez hace especial énfasis en que el aceite de linaza es preferible obtenerlo del cultivo orgánico sin el uso de pesticidas ni fertilizantes artificiales. “Se debe garantizar la adecuada protección del aceite de la luz y la oxidación del aire. Después, debe almacenarse en cápsulas de color ámbar para proteger los elementos activos de la exposición a la luz”, explica la experta.