A los 91 años, nos deja uno de los más grandes referentes en la historia de la música. Quincy Jones fue el productor de «Thriller», el disco más vendido de todos los tiempos, así como del icónico himno solidario «We Are the World». A lo largo de su destacada trayectoria, ganó 28 premios Grammy, consolidándose como una leyenda en la industria musical.
Con la muerte de Quincy Jones hace una semana, se apaga una de las estrellas más importantes en la historia de la música. Legendario compositor, productor, trompetista, director de orquesta, arreglista y ejecutivo discográfico, sus 91 años de vida dejaron una huella perenne que se destacó por su excelencia en cada una de sus manifestaciones artísticas. Su colaboración con Michael Jackson es especialmente memorable, ya que produjo «Thriller» (1982), el disco más vendido de todos los tiempos. Ganador de 28 premios Grammy, Jones comenzó su carrera como arreglista de jazz en los años 50, trabajando con íconos como Frank Sinatra, Ella Fitzgerald y su amigo de la infancia Ray Charles.
A lo largo de su trayectoria, produjo a luminarias como Aretha Franklin, Donna Summer y Sammy Davis Jr. Creó enormes éxitos, como «It’s My Party» de Leslie Gore y «I Can’t Stop Loving You» de Count Basie, y también se aventuró en la producción de éxitos pop. Publicó álbumes emblemáticos como solista, destacando «Big Band Bossa Nova» (1962).
Además de «Thriller», Jones colaboró con Michael Jackson en otros dos álbumes multiplatino: «Off the Wall» (1979) y «Bad» (1987). Conoció a Jackson durante el rodaje de «The Wiz» (1978), un remake de «El mago de Oz» donde Jackson interpretó al espantapájaros y Diana Ross asumió el papel de Dorothy. Su asociación musical comenzó cuando Jones se ofreció a producir «Off the Wall», marcando el debut de Jackson como solista adulto.
En 1985, Jones grabó el histórico single solidario «We Are the World», en el que participaron 46 vocalistas, incluidos Michael Jackson, Bruce Springsteen, Bob Dylan, Diana Ross, Cyndi Lauper, Tina Turner, Paul Simon y Dionne Warwick. También hizo contribuciones significativas al cine, produciendo películas y componiendo bandas sonoras, como la de «El color púrpura» (1985), que fue nominada a 11 premios Óscar. A pesar de sus 7 nominaciones, nunca ganó la estatuilla, pero rompió barreras raciales al convertirse en el primer afroamericano nominado a la mejor banda sonora en los premios de la Academia.
En los inicios de su carrera, enfrentó el racismo de la época. En su libro autobiográfico, «12 notas sobre la vida y la creatividad», escribió: “Sobre el escenario éramos estrellas, pero cuando bajábamos de él, solo éramos personas negras”. En 1964, se convirtió en el primer afroamericano en ocupar un alto cargo ejecutivo en una discográfica, Mercury Records. En 1990, la serie de televisión «El príncipe del Rap», producida por él y que lanzó a la fama a Will Smith, se convirtió en un referente cultural y contribuyó a la representación de la familia afroamericana en la televisión estadounidense.