Hablar de Doris Wells, es como si se llenaran de suspiros y melancolía los estudios de Radio Caracas Televisión en Quinta Crespo (Caracas) o ver cómo todavía la recuerdan miles de venezolanos.
Plenó nuestra pantalla de talento y ha sido una de las grandes actrices de la televisión venezolana. Sembró su calidad en la escena y dejó claro por qué fue una de las artistas más queridas de la televisión nacional.
Con calidad, con claridad y con transparencia, así recuerda mucha gente a una de las más queridas exponentes del histrionismo en Venezuela. Un 20 de septiembre murió.
Una monaguense triunfadora
Caripito, uno de los pueblos más pintorescos de nuestro país, enmarcado a las afueras del estado Monagas, vería nacer a esta gran mujer, aquel 28 de octubre de 1943.
Así se inscribió en la emblemática escuela de Juana Sujo, la misma que actualmente está ubicada en el edificio Pérez Acosta, a pocos metros de Ipostel en Caracas.
Doris, se dio a conocer por ser una mujer emprendedora, que quería siempre sobresalir del grupo y ser la mejor de la clase de teatro.
No le costó mucho exponer el talento debido a que siempre mostró seguridad y cabalidad en cada instante de su vida privada.
Siempre mostró en cada una de las novelas y películas que interpretó. Su familia en aquella Caracas apacible y tranquila nunca se enteró de ese sueño de Doris de llegar a ser actriz.
Radio Caracas Televisión… la gran escuela
En 1964, le llegó su primera oportunidad en la escena con cámaras de televisión en el canal de Quinta Crespo, Radio Caracas Televisión, allí entraría en una novela llamada “Tres Hermanas”.
Allí se nutrió de ese sueño llamado “fama”, pero siempre con su humildad y sonrisa que la caracterizaron.
Su papel de villana lo interpretó de manera magistral y desde allí encendió su nombre en todo lo que era ligado al arte y la pequeña pantalla.
En la gran pantalla
En ese mismo año, llegó al cine con el film “Isla de Sal” del recordado maestro Clemente de La Cerda donde compartió escena con Orangel Delfín.
Su segunda película, también bajo la dirección de De La Cerda , titulada: “Rostro Oculto”, donde por primera vez hizo pareja con Miguelángel Landa.
Su esencia de actriz, con su particular naturalidad, se hacía evidente al pisar el escenario. La mirada de fuego que imponía desató una originalidad única, muy pocas veces vista.
Doris sabía que era su inicio y que podía dar más en todo sentido, no quería que la etiquetaran en lo que era “la mala” de las historias; y vino un gran papel junto al hoy primer actor Raúl Amundaray como lo fue “Raquel” una colegiala coqueta que se enamoraba de un profesor.
Tanto Wells como Amundaray marcaron una época y muchos se identificaron con ese amor que siempre se siente en la juventud.
El drama de Wells en “Raquel” fue impresionante dándole al canal del centro de Caracas una de las más altas sintonías de la teleaudiencia.
Mayor fama y mayor humildad
Para Doris, su público fue lo mejor, siempre se debió a su gente y a sus seguidores, para ellos era siempre su sonrisa, sus gracias y sus deseados autógrafos.
Su cabellera dorada era soñada por la mayoría de las mujeres; y más de un hombre de la creciente Venezuela suspiró por esa magia que desbordaba.
La humildad de Doris fue su mayor bandera, su voz ronca y aguda era también un emblema, al igual que sus ojos.
La Señora de Cárdenas
La novela de José Ignacio Cabrujas “La Señora de Cárdenas” fue otra de las estelares de nuestra pantalla, en ella; Doris Wells interpretó con clase a esa mujer dada a su hogar que sufre los embates de un marido infiel.
La historia hizo derramar ríos de lágrimas tanto en hombres como en mujeres e hizo despertar la conciencia masculina.
Doris desarrolló ese personaje de los problemas cotidianos de los hijos y las parejas sumido en la rutina de un hogar.
Una Fiera de bonito rostro
Una de las obras de nuestra pantalla fue “La Fiera” donde Wells encarnó a una mujer rebelde del campo. Fue uno de sus mejores papeles interpretado al lado de José Bardina y al primer actor Carlos Márquez.
El histrionismo demostrado por Wells en esta novela fue único, hablaba de manera ordinaria, tenía ocurrencias y gestos con su bello rostro; como por ejemplo reírse a carcajadas en plena cámara.
“La Catirrusia”, se robó el corazón de todos los venezolanos y extranjeros ya que fue una de las primeras novelas vendidas por Rctv.
Otro de los grandes papeles ya en los años 80 fue ¿Que pasó con Jacqueline?; donde hizo a dos hermanas junto a Jean Carlos Simancas.
Derrochó clase con su mirada y su voz de maldad sobre la bondad de su hermana, desarrollada por ella misma.
Una derrota ganada
Con la empresa Telearte hizo otra gala con el film “Derrota Final”, un unitario donde hacía de una comandante guerrillera que secuestraba una casa de gente de dinero.
Despeinada con guantes y con una subametralladora seguía siendo bella, compartió escenas con Lucio Bueno; quien era el otro miembro de los rebeldes y Franklin Virgüez, quien actuó como el dueño de la casa.
Luego trabajó junto a Marina Baura en el ciclo de Rómulo Gallegos en la “Hora Menguada”; también animó “Concurso Millonario” un programa de concursos a mediados de los 80.
El 20 de septiembre de 1988 muere con el síndrome de Foli.