En Utrecht, localidad de Holanda en el centro del país, acoge a partir de este lunes el estacionamiento de bicicletas más grande del mundo, de tres pisos con capacidad total para más de 12.650 unidades, en busca de una solución a la falta de espacio en un país que oficialmente tiene más bicis que habitantes.
Especialmente en hora punta, encontrar un hueco para estacionar la bicicleta cerca de la estación de tren, sea en Utrecht o en cualquier otra ciudad de Holanda, puede ser un dolor de cabeza: hay 17 millones de habitantes, que poseen más de 23 millones de bicicletas, lo que matemáticamente, hace necesario espacio extra.
El nuevo aparcamiento es subterráneo, situado debajo de la Estación Central de Utrecht, porque en «Holanda siempre hay problemas para encontrar dónde poner la bicicleta y todo el mundo necesita un hueco adecuado, dejarla tirada en el espacio público supone molestar a otros», explica a Efe el concejal de Transporte y Medio Ambiente de Utrecht, Victor Everhardt.
Una bicicleta mal estacionada en la calle puede ser retirada por una grúa, y recuperarla conlleva el pago de una multa de varias decenas de euros.
En Holanda muchos utilizan sus propias bicicletas para llegar hasta la estación, donde toman el tren a otra ciudad en la que trabajan. Otros, en cambio, llegan hasta Utrecht en tren y con su tarjeta de transporte OV-fiets, alquilan una bicicleta pública para llegar hasta sus lugares de trabajo en la ciudad.
Algunos incluso se mueven con bicicletas de carga, que transportan a una familia al completo, lo que hace necesarios espacios más grandes adaptados a su tamaño.
«Tener infraestructuras adecuadas es importante para ofrecer soluciones inteligentes a esta transferencia desde la bicicleta al tren», añade Everhardt durante la apertura de este aparcamiento que tardó más de cinco años en construirse.
La construcción tiene un hueco para todos: los tres pisos están conectados con un carril continuo, que contiene rampas de velocidad, y hay rutas anchas de dos direcciones separadas en el garaje por portabicicletas.
Cada pasillo y cada uno de los espacios para aparcar están enumerados con señales electrónicas en rojo y verde, que ayudan a los ciclistas a encontrar un espacio libre, similar al funcionamiento de un estacionamiento de vehículos.
Además, las personas con discapacidad y los ciclistas con una suscripción anual pueden dejar su bicicleta inmediatamente al lado de la ruta principal, los demás deberán utilizar una rampa a los otros dos pisos para estacionar.
En el interior caben 12.656 vehículos de dos ruedas, lo que incluye 480 plazas de garaje para estacionar bicis más grandes o «especiales», como las de carga o tándems.
Las primeras 24 horas son siempre gratuitas, y cada día extra cuesta 1,25 euros.
Además de un espacio para estacionar, el parking ofrece alquiler de bicis públicas y un taller mecánico de reparación, que hace desde recambios de piezas indispensables, hasta revisiones periódicas o mejoras puntuales en la bici.
Roger van Boxtel, director ejecutivo de la ferroviaria holandesa NS, subraya a Efe que cada día hay más gente que usa el tren, cerca del millón y medio, y en su mayoría llegan en bicicleta a la estación.
«Por eso este aparcamiento es seguro, les hace sentirse tranquilos el hecho de poder tener su bicicleta aparcada aquí. Te vas a trabajar y cuando vuelvas, seguirá aquí. Hay un mecánico también, por si algo se estropea, se pueda arreglar en el lugar. Estamos muy orgullosos de ello», añade Van Roxtel.
Los viandantes también están contentos con este nuevo parking porque les permite tener las calles algo más vacías para circular, añade el director de NS, pero lamenta que hay que buscar soluciones que no sean subterráneas porque «esta opción es muy cara».
Este aparcamiento de Utrecht arrebata el primer lugar al parking japonés de Tokio, que lideraba las listas como el más grande del mundo, con espacio para 9.400 bicis.