Todo era perfecto… hasta ese momento. Ese horrible e incómodo momento donde no creías que tu cuerpo fuera a traicionarte. Y digo, el sexo, por más placentero y eufórico que sea, puede ser interrumpido por estos 3 escenarios.
Squirt
La eyaculación femenina es esencialmente la emisión involuntaria de fluidos durante la actividad sexual. Es el fenómeno que, hasta hace un par de años, había sido la bandera del porno en el Reino Unido. Y si tu pareja te hace eyacular y él no estaba preparado, ¿se va excitar o incomodar?
Algunas mujeres llegan al squirt a través del punto G, mientras que para otras es el resultado del sexo oral o cualquier otra práctica. Si eres una de las elegidas, háblalo con tu chico primero. No es nada de lo que debas avergonzarte, pero sería bueno que estuviera informado… por si las dudas.
Gases vaginales
El gas vaginal es, como lo indica su nombre, la expulsión de aire en la vagina que sucede durante el sexo. Es una experiencia común y natural, y no debería avergonzarte. Aunque suene como algo desagradable, no es una flatulencia. En lugar de que arruinen tu experiencia, ríete del incidente. Y la próxima vez que suceda, no te avergüences, es muy normal del mundo, y tu pareja debería entenderlo.
Resequedad
¿Alguna vez has sentido que tu vagina pertenece al desierto del Sahara? La resequedad vaginal es uno de esos problemas femeninos del que no solemos hablar. De acuerdo a una Institución de Placer, aproximadamente el 80% de las mujeres lo experimentarán a sus 30s… y ni hablemos de una etapa más adulta.
¿La razón? La resequedad usualmente es causa de una disminución de estrógeno, la cual adelgaza y reseca las paredes vaginales. Si no se trata, no sólo podría provocar dolor durante el sexo, sino también heridas graves. Puede ayudarte tomar más agua, comer mejor, hacer ejercicio y desestresarte.