El momento de mantener relaciones sexuales es importante priorizar la comodidad, ya que depende de ello que los dos miembros de la pareja disfruten al máximo de las relaciones, sin miedos tapujos ni vergüenza.
Tú decides que es lo mejor la luz encendida o apagada. En el campo sexual está todo permitido, lo más importante es practicarlo como le resulte más placentero a cada pareja.
Hacer el amor con la luz encendida
Si te incomoda tener mucha iluminación siempre está la alternativa de las velas o una luz suave y tenue.
Practicarlo de esta manera tiene sus puntos clave ¡Te los contamos!
Disfrutar de los detalles: Tu excitación puede aumentar mucho al poder ver claramente todos los detalles, al observar a tu pareja, la práctica sexual, las posturas y los gestos de amor y/ deseo. Resulta muy estimulante y excitante estar al tanto y no perderse ninguno de los detalles.
Miradas: El placer también “entra” por los ojos, el poder observar y seducir a tu pareja, aumentará la excitación notablemente. La vista es un sentido muy importante en la seducción y ayudará mucho al erotismo del momento. Ver cómo responde tu pareja a los estímulos en su cuerpo o poder ver sus gestos de placer es un gran disfrute visual.
Practicar sexo con la luz apagada
Fantasías a pleno: Hay personas que prefieren los lugares oscuros, dónde pueden entregarse a la experiencia, dejarse fluir, hacer volar su imaginación y que dominen las fantasías.
Placer al máximo: Las fantasías sexuales que dominan el momento pueden desarrollarse con más libertad en la oscuridad o con muy poca luz. De esa manera puedes crear tu propio escenario incorporando todo lo que desees para vivir tu fantasía sin ningún límite, dejando volar tu imaginación y tus sentidos.
Hay personas que les cuesta aceptar su propio cuerpo o tienen vergüenza. Es por ello que deciden practicar sexo con la luz apagada, es válido.
No debes cuestionarte, lo fundamental es que te sientas bien y que decidas con tu pareja qué es lo que preferís los dos.