La urbe chilena amaneció con cinco animales gigantes que generaron estupefacción entre los viandantes, que sorprendidos comentaban y tomaban fotografías de estas obras de arte que forman parte de un festival que por 11 días dispondrá esta peculiar fauna de forma gratuita para deleite de la población.

Además del ave y los moluscos, una llama andina de ocho metros de altura, un gallo chileno con plumas de colores y un insectario gigante aparecieron en plena avenida central de la capital chilena.

El director creativo del festival «Hecho en Casa», Felipe Zegers, explicó a Efe que el objetivo del evento, que cumple este año su sexta edición, es «mostrar maneras distintas de intervenir la ciudad».

«Normalmente en el día a día vamos caminando por la ciudad concentrados en nuestras cosas y lo que plantea este festival es que esos mismos espacios que ocupamos, por 11 días de festival, son transformados por medio de la creatividad y el arte», afirmó.

Esa novedad es la que ha hecho que hoy los viandantes se pararan unos segundos en su devenir diario para observar y comentar la aparición de estos animales.

«Es una sensación de sorpresa, es llenar la ciudad de colores e imaginación», dijo Zegers.

El director creativo del festival señaló que esta edición cuenta además con una connotación referente a la sustentabilidad, en el sentido de que las obras son en su mayoría creadas con materiales plásticos reciclados.

Además aclaró que también tiene implícita una reivindicación sobre el cuidado de la fauna y la flora de Chile.

Por ejemplo, relató Zegers, el pájaro carpintero de la torre de comunicaciones de la compañía Entel, en pleno centro de Santiago, es una especie de ave chilena, típica del sur del país, en peligro de extinción.

«El pájaro carpintero negro, una especie chilena, se encuentra en extinción. Por la acción del hombre estos pájaros han ido cambiando de lugar y se están yendo del sur de Chile. Éste ha venido a la ciudad buscando un nuevo hogar y nos trae este mensaje de que hay que cuidar los bosques», indicó.

El gallo chileno, continuó Zegers, está recubierto «con unas plumas de plásticos de colores que produce un efecto muy interesante».

«Luego de noche tiene la sorpresa de que se va a iluminar, así mostrará sus coloridas plumas», agregó.

Similar es el caso de la llama andina, recubierta con materiales de deshechos como bolsas de plástico recortadas.

«El estar jugando con este concepto muy claro con estos animales que vienen a darnos un mensaje, nos hemos dado cuenta de que a las personas les está interesando. Los transeúntes están siendo cautivados por estos animales», afirmó el director creativo.

Además de estas particularidades, cada obra de las cinco que están repartidas por la urbe ha sido creada por un artista diferente.

El pájaro carpintero corrió a cuenta del artista chileno Mauricio García, quien ganó un concurso público que recibió más de 800 postulaciones.

La llama andina fue creada por el artista portugués Bordalo II, el gallo chileno fue una idea del estudio australiano Amigo & Amigo, los caracoles nacieron de la imaginación del colectivo de artistas italianos Cracking Art y el insectario se recreado por el artista francés Mantra. EFE