Todo esto sucedió en la ciudad rusa de Astrakhan. El pequeño de 8 años tomó su alcancía y huyó de su casa para “viajar por el mundo”, según explicó en una nota que dejó para sus padres. Al leerla, su madre llamó a la policía que comenzó la búsqueda del menor, cuya identidad se ha conservado en el anonimato hasta el momento.

La madre de 37 años relató que al regresar del jardín de niños donde dejó a su hija menor, no encontró a su hijo pero en su lugar, había una carta. En medio de su angustia, dio parte a la policía que comenzó a buscar al niño.

Pasaron varias horas hasta que las autoridades encontraron al niño caminando por un puente de la ciudad que cruza el río Volga, y que se conoce como el Puente Nuevo. El niño explicó a la policía que estaba viajando, pero que ya estaba muy cansado y necesitaba tomar un descanso.

Para su viaje por el mundo, el pequeño de 8 años había reunido su equipaje en una mochila: un par de sus libros favoritos, un avión de juguete, el dinero de su alcancía y un plátano para aliviar el hambre.

Si bien el niño no alcanzó a recorrer el mundo como se lo propuso en un principio, durante su gira mundial que duró solo algunas horas, el menor viajó en tres autobuses diferentes y realizó varios recorridos a pie.

Esta historia encantó a las redes sociales en Rusia y una escuela privada decidió premiar su espíritu viajero con un año de clases de inglés gratuitas.