Amamos a nuestras mascotas, de eso no hay duda. Sin embargo, cuando comenzamos a humanizarlos, la relación con ellos se vuelve un poco trastornada. Tu perro puede ser la mejor compañía cuando estás viendo Netflix en tu cama un viernes por la noche pero jamás podrá sustituir el pasar el tiempo con una persona con la que puedes tener un debate sobre la película que elegiste.
Las personas que tienden a humanizar a sus animales de compañía les causan un gran daño, pues les exigen comportamientos que no son propios de su especie. Tratar como humano a un perro o gato, puede convertirse en algo tóxico que debes entender. Aquí hay algunas señales que indican que estás cayendo en una relación dependiente y tóxica con tu mascota.
Muestras sus fotos como si fueran un niño.
Todas las mamás o tías lo hacen: comparten fotos de sus hijos/sobrinos con el mundo, siempre orgullosas y felices de verlos tan lindos en su celular. Muchas personas con «perrhijos» terminan haciendo lo mismo. No es que esté mal tomarle fotos a tu perro con ese simpático disfraz que conseguiste en Amazon pero vamos, no puedes sacar el celular cada ves a un amigo para enseñarle el álbum completo. Aplica lo mismo con los niños, pero cuando se trata de un perro, se vuelve algo un poco más retorcido.
No puedes estar tranquila cuando estás fuera de la ciudad y los dejas encargados.
Obviamente no puedes evitar salir de la ciudad en algún momento por lo que dejas a tu mascota con alguien que lo cuide. Eso está bien pero si has llegado al extremo de llamarle a cada rato al cuidador para ver cómo está tu mascota o hasta pedirle un FaceTime es un poco extremo. No caigas en un ataque de ansiedad. Si dejaste a tu mascota con esa persona es porque confías en que hará un buen trabajo y que cuando regreses a casa estará sano y salvo.
Tu perro va al spa más que tú.
Así es, vivimos en una época en la que los perros parecen tener más beneficios que un ser humano y me parece adorable pero si tu perro tiene el cabello más sedoso y cuidado que tú, tal vez debas reconsiderar cuánto estás sacrificando por él. Está bien darle cuidados a tu mascota de vez en cuando, pero no puedes ponerlo todo el tiempo por encima de tu bienestar así que la próxima vez piensa gastar tu quincena en una ida al spa o la estética en vez de invertirlo en un baño de espuma y limado de uñas para tu perro.
Llamas al veterinario por cualquier cosa que creas está mal con tu perro
Muchas mamás viven histéricas con respecto al estado de salud de sus hijos y tienen al pediatra guardado en su lista de «números frecuentes». Pasa lo mismo con algunas personas con «perrhijos» sólo que en vez de un pediatra, es un veterinario el que alucina sus llamadas a las 3am, pidiendo auxilio porque su perrito se comió uns chispa de chocolate. Es claro que la salud de nuestras mascotas nos preocupa pero tienen más posibildades de sobrevivir a un ataque zombie de lo que crees. Mejor infórmate con su veterinario sobre los peligros y cuidados antes de alarmarte.
Los llevarías a todos lados si pudieras.
Si llegaste al punto en el que sólo vas a lugares donde acepten mascotas para poder llevar a tu perrito quizá estás cayendo en demasiada dependencia hacia él. Es una pena que no todos los perros sean tan portátiles como los pequeños. La vida de un amante de los perritos sería mucho más fácil si pudiese llevar al suyo adentro de su bolso de mano o en brazos. Pero siendo realistas, no podemos ir a todas partes con él. Al final, no sería divertido para ninguno llevarlo a un lugar donde no pueda correr, brincar o hacer del baño libremente, ¿no?